El irrigador dental es un accesorio de higiene oral que aplica directamente un chorro de agua pulsátil u otra solución entre la encía y el diente eliminado de forma inmediata los restos que el cepillo no ha podido eliminar.
Los cepillos llegan a menos de 1 mm por debajo de la línea de las encías en comparación a los 7 mm que los irrigadores bucales, por lo que son extremadamente efectivos para llegar incluso a las bolsas periodontales profundas. Si dejamos estos restos de comida entre los dientes pueden provocar caries dentales, deterioro de los dientes, mal aliento y enfermedades de las encías, por lo que es importante incorporar el hilo dental o la irrigaci6n en su rutina dental diaria.
El uso del irrigador dental es una forma mucho más fácil, más eficaz y rápida de limpiar
los restos que hay entre los dientes que usar hilo dental, ya que los chorros de agua pueden llegar a más zonas en la boca, lo que le permite acceder a todas las áreas.
Al implementar la irrigación oral en su rutina oral diaria como complemento del
cepillado, se asegura de que sus dientes reduzcan de manera efectiva la toxicidad y el
grosor de la placa antes de continuar con el cepillado con pasta dental con flúor. Los
estudios han demostrado que al usar un irrigador junto con su cepillado diario dos
veces al día, puede eliminar un 99% más de placa y mejorar la salud de las encías hasta en un 93%, en comparación con el cepillado solo.
Los irrigadores bucales se pueden adquirir de varias marcas y modelos. El tipo mas
común para uso doméstico es un irrigador de flujo pulsado, pero también hay
irrigadores de flujo directo o de flujo constante. Algunos modelos incorporan
funcionalidades adicionales como burbujas de aire. Para usarlo, simplemente llene el
depósito de agua, dirija la punta en un ángulo de 902 al eje largo del diente a unas 3
mm de la línea de la encía y actívelo. Siga toda la línea de las encías deteniéndose en
cada espacio entre los dientes durante aproximadamente cinco segundos. Aunque los
chorros de agua son potentes, son suaves y no invasivos, por lo que son totalmente
indoloros. Además de realizar una acción de limpieza, estos chorros intermitentes de agua en realidad masajean las encías estimulando el tejido y aumentando el flujo sanguíneo.
Si tiene buena salud oral y encías sanas, sin ninguna recesión y sin puentes o implantes, una rutina diaria eficaz de cepillado y uso del hilo dental suele ser suficiente para que la mayoría de las personas garanticen una buena higiene bucal. Sin embargo, si tiene algunos espacios entre los dientes debido a una enfermedad de las encías (gingivitis o periodontitis), o debajo de los puentes y alrededor de los implantes dentales, entonces un irrigador oral seria la una opción extremadamente beneficiosa a su rutina diaria. No olvide que un irrigador oral no es una alternativa a un buen cepillo de dientes eléctrico o manual, ¡es una herramienta adicional!
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